Tusk aplaudió el resultado conseguido en el legislativo y alegó que lo que está en juego no tiene tanto que ver tanto con la medicina como con los Derechos Humanos, según la prensa local.
Actualmente Polonia tiene una de las regulaciones más rígidas de Europa sobre el aborto, con un sistema de supuestos que sólo autoriza la interrupción en casos de violación o cuando la vida o la salud de la gestante corra peligro.
El nuevo gobernante busca desmarcarse de las políticas del anterior y aboga por “trabajar para que las mujeres no sientan que son objeto de ataques y tengan derecho a decidir sobre sus propios cuerpos”, según informó su oficina.
De acuerdo con el jefe de gobierno el camino hasta la aprobación final será difícil, pues la reforma generó polémica dentro de la mayoría que lidera Coalición Cívica y a la postre el presidente, Andrzej Duda, aliado del partido Libertad y Justicia (PiS) del ex primer ministro Mateusz Morawiecki tiene potestad para vetar el texto.
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