El “Informe sobre la consulta técnica mundial relativa a la terminología propuesta para los patógenos transmitidos por el aire”, fue establecida gracias a la colaboración entre la Organización Mundial de la Salud, (OMS), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África; el de China; el de Europa y su similar de Estados Unidos de América.
Con este acuerdo se pone de relieve el compromiso colectivo de los organismos de salud pública para avanzar juntos en abrir un nuevo camino en agendas de investigación; así como para la puesta en práctica de intervenciones de salud pública destinadas a la detección o notificación de patógenos existentes y nuevos, así como a la respuesta frente a ellos, señala el texto de la OMS.
De esta forma se establece que, las personas infectadas por un patógeno respiratorio pueden generar y expulsar partículas infecciosas que contengan el patógeno a través de la boca o la nariz al respirar, hablar, cantar, escupir, toser o estornudar.
“Estas partículas deberían describirse con la expresión «partículas respiratorias infecciosas» o PRI”, indica el documento.
Puntualiza también que las PRI existen en un espectro continuo de tamaños, y no deberían utilizarse puntos de corte específicos para distinguir las partículas más pequeñas de las más grandes.
“De este modo se facilita el abandono de la dicotomía propia de los términos utilizados anteriormente: aerosoles (partículas generalmente más pequeñas) y gotículas (más grandes)”, añade la guía sanitaria.
Asimismo, puntualiza que el descriptor «por el aire» puede utilizarse de forma general para caracterizar una enfermedad infecciosa en la que el principal modo de transmisión consista en que el patógeno se desplace por el aire o quede suspendido en él.
En esa referencia se incluye la transmisión aérea o inhalación, en los casos en que las PRI son expulsadas al aire e inhaladas por otra persona.
La transmisión aérea o la inhalación pueden producirse a corta o larga distancia de la persona infecciosa dependiendo de varios factores (flujo de aire, humedad, temperatura, ventilación, etc.).
También describen el depósito directo, en los casos en que las PRI son expulsadas al aire por una persona infecciosa y luego se depositan directamente en la boca, la nariz o los ojos expuestos de otra persona cercana.
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