El estudio titulado “El Fenómeno de El Niño no permite “soñar la Mesa”, en el corredor Seco de Centroamérica”, precisa que en la región centroamericana a causa de los efectos del fenómeno El Niño, cerca de cuatro millones 92 mil pueden necesitar ayuda en especial en Guatemala, Honduras y El Salvador.
El informe detalla que para el caso de El Salvador son 590 mil 862 personas las que requerirán de ayuda para acceder a alimentos, en Honduras un millón 440 y en Guatemala dos millones 546 mil 017.
Citado por la Revista Disruptiva, el documento identificó entre las causas de la crisis un inicio tardío e irregular del período lluvioso, lo cual se reflejó en el retraso en el inicio de la siembra durante el primer ciclo de cultivo, según lo reportado por los hogares entrevistados.
Los investigadores subrayan que solo el 50.9 por ciento de los agricultores consiguieron sembrar en la fecha habitual en el ciclo 2023-2024, que corresponde al mes de mayo, mientras el 39 por ciento pospuso la siembra hasta junio; el 5.0 por ciento en julio. Solo un 5.0 por ciento logró sembrar con las primeras lluvias de abril.
Al respecto, el Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias 2023 señaló que El Salvador tuvo durante el 2022 un 52 por ciento de su población en una fase de “estrés alimentario”, equivalente a 3.3 millones de personas, mientras un 13 por ciento están en fase de “crisis alimentaria” (823 mil personas), y el uno por ciento en fase de “emergencia alimentaria” (63 mil personas).
El informe de Oxfam mostró que según los hogares entrevistados, el 75.9 por ciento de sus cultivos sufrieron los efectos de la sequía, definida como períodos de más de 15 días consecutivos sin lluvias. Específicamente, un 56.9 por ciento registraron pérdidas superiores al 70 en la producción de maíz, mientras que un 57.4 dijo sufrió pérdidas en la cosecha de frijol.
Como resultados de su estudio, Oxfam recomendó proporcionar asistencia alimentaria “de forma inmediata, preferiblemente a través de transferencias monetarias, a los hogares que han sufrido más del 50 por ciento de pérdidas en la producción de granos básicos y que enfrentan algún grado de inseguridad alimentaria”.
Además, consideró, una prioridad atender a la niñez con desnutrición aguda o en alto riesgo de padecerla, y a los hogares de jornaleros agrícolas que están sin trabajo; realizar intervenciones para mejorar la calidad de las viviendas, lo cual implica mejorar el acceso a agua potable y saneamiento básico.
La situación no es nueva pues un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FA0), de noviembre de 2023, planteó que se requería 160 millones de dólares para poder dar asistencia a más de 4.8 millones de personas ante los estragos que El Niño provoca en varias regiones del mundo.
La crisis se agrava aún más porque a pocos días de que comience la temporada de lluvias en El Salvador, los productores locales están preocupados por los problemas que enfrenta el sector.
Luego de una intensa temporada de sequía, los agricultores prevén una caída en la producción de granos básicos del ciclo 2024-2025 por condiciones climáticas adversas.
El coordinador de la organización Vía Campesina, Óscar Recinos, señaló que la situación empeorará porque disminuirán las áreas de cultivos en cerca de un 25 por ciento para el ciclo 2024-2025, que iniciará con la llegada del invierno dentro de pocos días en mayo.
La proyección no es nada halagüeña, mientras crecen las alarmas cuando el hambre amenaza con tocar a la puerta de miles de hogares salvadoreños.
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