La escalada militar debe cesar, porque a nadie le interesa aumentar la inestabilidad y la inseguridad del Oriente Próximo, dijo el funcionario al diario Le Parisien, en un contexto marcado en la región por las tensiones entre Irán e Israel, enfrentados en una suerte de conflicto de baja intensidad desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979.
Sin embargo, Lecornu concentró las críticas en Teherán como un supuesto foco desestabilizador, a su juicio incluso para Europa, siempre aclarando que “Francia no está en guerra con Irán”.
Abril ha representado un incremento significativo de la gravedad de la crisis en el Oriente Próximo, después del bombardeo el 1 de abril del Consulado de Irán en Damasco, donde murieron comandantes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, de la respuesta de Teherán con más de 300 misiles y drones lanzados el 13 hacia Israel y de la leve reacción de Tel Aviv hace dos días.
El ministro mencionó los intereses de Francia en la tensa región, en particular la presencia de fragatas en el Mar Rojo, bajo el argumento de proteger la navegación de los ataques de los rebeles hutíes desde Yemen, recordando que estos cuentan con el apoyo iraní.
París participó el 13 de abril en la intercepción de drones lanzados por Teherán contra Israel, a partir de cazas desplegados en una base aérea en suelo jordano, acción justificada por el presidente Emmanuel Macron.
Si bien Francia ha insistido en las últimas semanas en la necesidad de la solución de los dos Estados, uno palestino sumándose al ya existente israelí, no ha acompañado la tesis defendida internacionalmente de que la estabilidad del Oriente Próximo pasa por el cese de la ocupación, la colonización y la agresión de Israel a Palestina.
Lecornu se refirió igualmente a la detención de cuatro franceses en Irán, a quienes calificó de rehenes de Estado, mientras el gobierno local los señala como una amenaza para su seguridad, y al programa nuclear iraní, que Teherán asevera tiene fines pacíficos y occidente le atribuye un objetivo militar.
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