En un coloquio auspiciado por Casa de América, expertos revelaron que el crimen organizado sigue creciendo en 22 de los 35 países del continente americano, a partir de análisis desde las perspectivas geopolítica, migraciones, feminicidios o medio ambiente.
Un espeluznante dato difundido por InSight Crime señaló que el menos 117 mil 492 personas fueron asesinadas en América Latina y el Caribe en 2023. Aunque para peor, las estadísticas se consideran que no son del todo fiables.
Con la colaboración con la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el encuentro fue contundente a la hora de explorar la situación.
León de la Torre, director general de Casa de América, y Esther del Campo, decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM, tuvieron a su cargo la apertura del evento.
Del Campo destacó «la valentía de abordar un problema que en muchas ocasiones es desatendido en la región, pese a que ningún país de América Latina está exento de él».
Nicolas Zevallos Trigoso, fundador del Instituto de Criminología y Estudios sobre la Violencia de Perú, apuntó que “las organizaciones criminales han democratizado la violencia y el crimen en muchos escenarios”.
A su turno, Carolina Sampó, investigadora adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, explicó que las migraciones en América Latina se producen por tres factores: el económico, la cuestión de la inseguridad y la degradación ambiental.
En tanto, el periodista nicaragüense José Denis Cruz indicó que en el caso de México, el foco está en el riesgo de violación al que se enfrentan las mujeres y en la extorsión realizada a muchas familias, que pagan grandes cantidades de dinero para poder llegar a Estados Unidos.
La violencia política también fue abordada a partir de los casos de El Salvador, Colombia y México por María Elena Martínez Barahona, profesora de Ciencia Política en la Universidad de Salamanca.
Sobre México, Guillermo Mendoza Bazán, director de Riesgo y Análisis Político en Consultores Internacionales Ansley, comentó la fuerte presencia de los cárteles mexicanos, por ejemplo el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación.
«Las organizaciones criminales en México dejaron hace mucho de estar solo vinculadas al narcotráfico. Ahora además de drogas, las hay de trata de personas, de robo de vehículos, de extorsión minera, de piratería de medicinas, de tráfico de armas, de secuestros (…)», apostilló.
En otra arista, Laura Furones, asesora principal de campañas en Global Witness, explicó que la explotación de los recursos naturales y el activismo de grupos con una fuerte presencia en un territorio que quieren defender, son algunas de las claves por las que América Latina es una de las regiones con más violencia.
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