Por Fausto Triana
«Por el alcance de una trayectoria artística que trasciende la música», anunció este miércoles el jurado que reconoce a uno de los cantautores más queridos y admirados en España y Latinoamérica.
Alejado definitivamente de los escenarios en diciembre de 2022, pero no retirado del todo como repite con insistencia, el verbo de Serrat, discreto en su personalidad y apasionado con las causas justas, es un referente indiscutible.
De alguna manera, así lo resume el jurado convocado por la Fundación Princesa de Asturias, que representa a la heredera al trono español.
«Por aunar el arte de la poesía y la música al servicio de la tolerancia, los valores compartidos, la riqueza de la diversidad de lenguas y culturas, así como un necesario afán de libertad», argumentó el jurado.
Nacido el 27 de diciembre de 1943 en Barcelona, Serrat recibió recientemente la Medalla de Honor de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Y para no dejar de ser genio y figura, respondió al gesto de la siguiente forma: “Me dan esto porque soy viejo, eso es así, pero yo estoy contento por haber llegado hasta aquí’.
La respuesta al modesto creador del disco Mediterráneo no se hizo esperar por parte de Antonio Onetti, presidente de la SGAE.
“La trascendencia de esta medalla la otorga quien la recibe: durante mucho tiempo has sido un clásico tú y tus canciones, y son los clásicos los que definen a su tiempo”.
Serrat llenó durante más de 50 años de carrera el universo de melodías como pocos en Hispanoamérica.
Algunas de sus melodías más famosas incluyen «Mediterráneo», «Aquellas pequeñas cosas», «Lucía», «Penélope», «Cantares», «Hoy puede ser un gran día», “La mujer que yo quiero”, “Pueblo blanco”, “Tu nombre me sabe a yerba”, entre muchas.
Mediterráneo, editado en 1971, parecía imposible de superar y lo fue, en cierta medida. Pero supo reinventarse, interpretó más de 500 canciones, dejando un cofre inolvidable de su obra.
Versiones de clásicos de Violeta Parra y Víctor Jara, y melodías a partir de poemas de Miguel Hernández, Antonio Machado, Mario Benedetti, Pablo Neruda, Federico García Lorca (..), añaden más altura a su enorme legado.
“Me he retirado de los escenarios, no de vivir. Vivo más ajetreado que nunca, espero que esto afloje un poco, porque vivo más acelerado que en mi época de giras”, dijo hace poco a periodistas.
Desde México en 1975 condenó públicamente los fusilamientos de cinco militantes antifranquistas, que le costó el exilio y la prohibición de difundir sus discos. Regresó a España en agosto de 1976 tras la muerte del dictador Francisco Franco y con la amnistía concedida.
Se negó a cantar en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, quien lo proscribió del país austral.
De sus 50 años de carrera nació un cuádruple CD titulado ‘Antología Desordenada’ (2014), con la colaboración de artistas como Rubén Blades, Alejandro Sanz, Joaquin Sabina, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Estopa, Miguel Poveda, Lolita, Ana Belén y Miguel Ríos.
Se trata de un referente cívico, defensor del diálogo frente a la crispación y un exponente de su irrenunciable vocación de tender puentes entre países y generaciones, añadió el jurado sobre la concesión del Premio Princesa de Asturias de las Artes.
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