La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) calificó la crisis como de proporciones épicas al denunciar el acceso limitado a las comunidades vulnerables debido a los combates en curso y las restricciones de las autoridades, particularmente en Darfur.
Los hostilidades entre Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) se intensificaron en El Fasher desde la semana última luego de que esas últimas rodearan la urbe para expandir su control hasta ahora en manos del ejército rival.
Esa ciudad norteña, última controlada por el ejército sudanés en Darfur, acoge a cientos de miles de desplazados internos por la violencia desatada tras más de año de hostilidades.
La llegada de los combates a la zona detuvo los convoyes de ayuda desde el cruce de Tine, fronterizo con Chad, mientras que las autoridades en Port Sudan impiden el transporte de ayuda a través de Adre, el único otro corredor transfronterizo viable desde el vecino occidental de Sudán.
«Nuestros llamamientos para el acceso humanitario a los puntos importantes de conflicto en Sudán nunca han sido más críticos”, dijo a la prensa Michael Dunford, director regional para África Oriental del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
El representante insistió en la necesidad de un acceso irrestricto y garantías de seguridad para brindar asistencia a las familias que luchan por sobrevivir en medio de niveles devastadores de violencia.
Por su parte, la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Catherine Russell, advirtió del impacto de los combates en los niños tras la muerte de al menos 43 personas, entre ellas mujeres y niños, desde que se intensificaron los enfrentamientos en Darfur del Norte.
Los recientes ataques a más de una docena de aldeas han dado lugar a horribles informes de violencia, incluida violencia sexual, y a más muertes y lesiones entre los menores, aseguró.
«Todos estos acontecimientos profundamente preocupantes están ocurriendo en un momento en que la continua y brutal violencia en todo Sudán está empujando al país hacia una hambruna inducida por el conflicto y una mayor pérdida catastrófica de vidas, especialmente entre los niños», agregó la titular de Unicef.
Las Naciones Unidas estiman que cerca de 25 millones de personas necesitan asistencia, y aproximadamente 17,7 millones de sudaneses enfrentan niveles agudos de inseguridad alimentaria en todo el país.
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