La presidenta provincial de la Cámara de Minas en la provincia, Yvette Mwanza, remarcó la importancia del enclave, al cual denominó como el pulmón económico del sector minero en Kivu Norte en términos de ingresos, reportó Radio Okapi.
Significó que la ocupación ilegal de la mina supondrá una importante pérdida, pues solo la producción de coltán representa el 50 por ciento de la producción nacional, mientras que el yacimiento contiene además manganeso, casiterita y turmalina.
La explotación ilegal y la comercialización de minerales extraídos de este sitio ya era una preocupación antes de que cayera en manos del M23, por lo que se considera que la nueva situación allana el camino para el tráfico hacia los países vecinos.
En tanto, la sociedad civil está preocupada por el avance de los insurgentes, pues con la toma de Rubaya también se hicieron con el control de los grupos de Kibabi y Kitanda, en Masisi, y se espera que continúen hacia las localidades de Katale, Ngungu y Kinigi, así como hacia los grupos Ufamando I y Katoyi.
La RDC ha denunciado en varias ocasiones que la acción de grupos rebeldes en el este del país se usa como cobertura para el saqueo de los minerales de la zona.
El pasado 26 de abril, a través de sus abogados, el Gobierno incluso exigió una explicación al gigante tecnológico Apple sobre el origen de los recursos empleados en la fabricación de sus productos.
En la demanda concedieron un plazo de tres semanas para que la compañía dé respuesta sobre la estructura de la cadena de suministros, que de acuerdo con un informe del bufete de abogados Amsterdam podría estar contaminada con minerales extraídos ilegalmente de territorio congoleño.
El alegado reporte acusa a Ruanda y a entidades privadas de ser los suministradores, algo que Kinshasa ha sostenido en diversos momentos, aludiendo a que el apoyo de Kigali a los grupos armados en el este del país tiene como objetivo apoderarse de los recursos de la zona, rica en cobre y cobalto.
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