Fuentes del sector aseguraron al periódico Hondudiario que la crisis afecta por igual a grandes, medianas y pequeñas compañías, por lo cual ya la definen como peor sufrida en años.
Wilmer Cruz, dirigente del ramo, mencionó el cierre de 200 fincas camaroneras y el aumento de la desconfianza entre los productores locales, pues dudan sobre mantener las labores frente a un entorno de creciente incertidumbre.
Se refirió a los desafíos existentes cuando buscan ingresar a mercados exigentes, como el tema arancelario, la escasez de oportunidades y los problemas para negociar precios competitivos.
La prensa local enfatizó, además, en el impacto negativo de la crisis de esta industria en la economía hondureña, pues se estima en alrededor de siete mil los empleos perdidos y las afectaciones persistirán en el corto plazo pese a los esfuerzos por encontrar nuevos clientes internacionales.
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