Dirigido al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el comunicado señaló que siguen reflexionando juntos sobre lo que deben hacer de forma cotidiana para asumir con valentía los desafíos que permitan detener esa gran tragedia.
Firmado por el presidente Daniel Ortega y la vicemandataria Rosario Murillo, el texto destacó la importancia de atender con cariño y respeto a las víctimas de esos desastres, los cuales afectan y demandan a todos.
Afirmó que están en cercanía con los centenares de brasileños, familias humildes y trabajadoras que dejaron sus valiosas vidas, y de quienes perdieron hogares y medios como consecuencia de esa catástrofe llamada Cambio Climático, cuyo origen es la voracidad capitalista que azota al mundo y a la humanidad.
“Por tanto dolor inmerecido, nuestra siempre fraternal y revolucionaria solidaridad”, destacó el documento.
Según el más reciente boletín de la Defensa Civil brasileña, el número de muertes por los aguaceros e inundaciones en el estado brasileño de Rio Grande do Sul desde finales de abril hasta la fecha asciende a más de 145.
Reportes de prensa indicaron que el total de municipios afectados por la tragedia climática en la región subió de 447 a 450 y más de 530 mil personas están sin hogar y 76 mil 800 permanecen en refugios.
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