Al intervenir este martes en la sesión inaugural de la IV Conferencia Centroasiática del Club Internacional de Debates Valdái, Galuzin afirmó que el cálculo estratégico es obvio, y consiste en sembrar discordia entre Rusia y las repúblicas de Asia Central.
En declaraciones a la prensa asistente a la conferencia, el vicetitular agregó que es incorrecto poner un signo de igual entre esas ideas y el distanciamiento con respecto a Rusia y la ruptura de los vínculos históricos entre aquella y los países de la región.
Para Galuzin, «Washington y Bruselas están jugando un juego sucio para lograr su objetivo más importante: el acceso a la base de recursos de la región y el control sobre las arterias de transporte que la atraviesan, así como sobre el uso del agua».
Una vez alcanzadas estas metas, los gobiernos centroasiáticos dejarán de ser compañeros de viaje para occidente y, en consecuencia, la amenaza de revoluciones de color, ampliamente practicadas por aquel, se va a manifestar a pleno, advirtió.
Al mismo tiempo, Galuzin se mostró convencido de que las naciones de Asia Central «son conscientes de todos los riesgos y daños potenciales que implicaría acercarse en exceso a occidente, seguir sus promesas y unirse a las restricciones antirrusas».
El viceministro recordó que Rusia representa hoy el 33 por ciento en el comercio exterior de Asia Central, particularmente gracias a las transacciones en monedas nacionales.
El volumen de estas transacciones con Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán ha alcanzado el 80 por ciento; con Uzbekistán, el 55 por ciento; y con Turkmenistán, el 24 por ciento», apuntó el diplomático.
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