El juez Marc St-Pierre consideró sin lugar los argumentos presentados por el centro de altos estudios para sacar a los jóvenes del campus, donde se establecieron desde el pasado 27 de abril para rechazar la agresión de Israel contra dicho territorio de Oriente Medio.

Según planteó la universidad, la acción de protesta es insegura, presenta riesgos de desencadenar tensiones en el sitio e impide la celebración de ceremonias en exteriores.

La directiva de la institución recurrió a la Corte luego de fracasar las negociaciones con los alumnos, quienes reclaman el cese de los bombardeos en la Franja de Gaza.

Otra exigencia es la supresión de todas las partidas que beneficien a Israel en una lista de varias demandas como la desinversión, transparencia presupuestaria, cambios en la política de inversiones y boicot a las relaciones internacionales.

Piden también un comunicado público que reivindique el respeto a los derechos de los palestinos, frente al creciente acoso y la discriminación sufrida por estudiantes de ese origen y sus aliados en este centro de altos estudios.

Aparte de la McGill, las universidades canadienses de Manitoba, Toronto, Western y la de Columbia Británica, entre otras, también desarrollan acampadas con similar propósito y de esa manera siguen los pasos de jóvenes de Estados Unidos, Reino Unido y otras naciones del orbe.

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