En declaraciones a Prensa Latina, el coordinador del Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso), Jorge Guzmán, señaló que la concentración en la Plaza Francia (antes Chiriquí) del Casco Antiguo, no es solo para recordar el ejemplo del mártir campesino, del primer cholo guerrillero de América Latina, sino también para enaltecer el espíritu de soberanía de todo un pueblo.
Lorenzo se opuso a los intereses de liberales y conservadores y su entrega a los Estados Unidos, por eso fue traicionado y fusilado, pero su impronta de enfrentamiento valiente a los vendepatrias es más vigente que nunca, remarcó el activista social.
Para el catedrático Jaime Flores, el héroe nacional poseía raíces indígenas marcadas por toda una historia de lucha anticolonial que tuvo líderes singulares como Urracá, París y Cémaco.
El ‘Cholo’ Victoriano, antes de la Guerra de los Mil Días, se distinguía por ser un hombre trabajador y amigable, pero detrás de esa actitud noble, coexistía un espíritu de justicia y libertad para su pueblo, el cual venía padeciendo por décadas los embates de la persecución, el despojo de tierras y la pobreza, señala.
Su liderazgo en las montañas de Coclé fue de significativa importancia en las distintas etapas de la guerra, pero su ejemplo de combatividad se avizoraba peligroso, e incluso, subversivo para los intereses políticos y económicos de las élites en el poder.
Estuvo encarcelado en las Bóvedas, a raíz de una disputa con un terrateniente que no aceptaba su liderazgo, de nombre Pedro de Hoyos.
La prisión, señaló, como suele suceder con los grandes líderes, le sirvió para afinar sus conocimientos y destrezas que le serían útiles en la guerra.
En el calor de la guerra su cuartel general se situó en la ‘Negrita’, muy cerca de Penonomé, y sus compañeros lo describieron como un hombre dispuesto a dar batalla y excelente estratega, tanto así, que su pueblo lo distinguió con el grado de general, que después fue ratificado por la dirección del ejército liberal.
La Guerra de los Mil Días terminó primero con el Tratado de Neerlandia, y después en Panamá, con el Tratado de Wisconsin (21 de noviembre de 1902), firmado en un barco estadounidense.
Para los conservadores y algunos liberales, que pretendían firmar un nuevo tratado para la construcción del Canal con los Estados Unidos, se requería pacificar el istmo, recordó el historiador.
Este objetivo pasaba por eliminar a uno de los principales líderes de la guerra, como era el general Victoriano Lorenzo, quien finalmente sería fusilado de forma injusta y cobarde al atardecer del 15 de mayo de 1903.
Acerca del patriota panameño, Olmedo Beluche, coordinador del movimiento Polo Ciudadano, indicó que estadounidenses, autoridades y civiles conservadores, y los mismos liberales moderados veían en él un peligro que podía echar por tierra sus aspiraciones a un acuerdo canalero.
Por esa razón fue traicionado por los dirigentes liberales, detenido desde noviembre de 1902, enjuiciado sumariamente cuando la negociación canalera estaba en su apogeo y fusilado sin poder defenderse, remarcó.
En 1966, la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) lanzó una Resolución mediante la cual declaró injusto el ajusticiamiento de Lorenzo; y solo en 2007, mediante la ley 57 lo declaran héroe y mártir de la nacionalidad panameña.
Desde 2018, la Gobernación de la provincia de Panamá homenajea a Lorenzo con la develación de un cuadro en el Palacio Belisario Porras, y la creación de la Medalla de Honor que lleva su nombre.
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