Pese a la relativa estabilidad de la economía durante el último trimestre de 2023, el país no comenzó bien el 2024, debido fundamentalmente al comportamiento de las ventas al exterior, el consumo interno y las actividades industriales ligadas al sector automotriz.
Según los datos publicados este jueves, el PIB registró un descenso de 0,2 puntos porcentuales en comparación con el primer trimestre de 2023, en contraste con la expansión interanual del 1,2 por ciento del cuarto trimestre del año pasado, mientras las cifras anualizadas sobre la caída del PIB entre enero y marzo fue del dos por ciento.
En relación con los tres meses anteriores, el primer trimestre de 2024 reflejó un declive del 0,7 por ciento en el consumo de los hogares, mientras la demanda pública retrocedió 0,2 puntos porcentuales.
Por las estimaciones oficiales, el consumo representa casi el 60 por ciento de la economía nacional y su estancamiento denota los temores de los japoneses de elevar gastos en un contexto de persistente inflación en el entorno del tres por ciento.
Las inversiones inmobiliarias y corporativas también mostraron reducciones a inicios de 2024, unido a un menor ritmo de las exportaciones, avaló el reporte.
Esta contracción del PIB es la consecuencia de factores externos a la situación económica, como las exportaciones, pero el Gobierno tomará las medidas necesarias para promover las subidas salariales también entre las pequeñas y las medianas empresas, declaró a la prensa el portavoz Yoshimasa Hayashi.
Asimismo, Hayashi reconoció la importancia de una subida estable en los ingresos de los hogares para compensar el alza de los precios.
mem/mjm