La secretaria nacional de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet, convocó para esta tarde a una movilización en la parisina Plaza de la República en respaldo a la población autóctona Kanak del archipiélago situado en Oceanía, la más afectada por una revisión constitucional impulsada por el ejecutivo galo.
La provocación del gobierno y la violencia deben cesar, una misión mediadora debe activarse de inmediato, escribió la dirigente sindical en la red social X, en un contexto de mucha tensión en la colectividad de ultramar francesa, incluida en la lista de territorios no autónomos del Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas.
El texto validado la víspera por la Asamblea Nacional busca ampliar el censo electoral neocaledonio, medida que los independentistas locales rechazan por considerar se intenta reducir la visibilidad de los kanaks, quienes representan más de un 40 por ciento de los habitantes del archipiélago.
Al menos cinco personas, tres jóvenes autóctonos y dos gendarmes, perdieron la vida como resultado de la violencia, que dejó además cientos de heridos y millonarios daños materiales por la quema de automóviles e instalaciones.
Para el secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, la revisión constitucional representa la enésima provocación del ministro del Interior Gérald Darmanin, a quien acusó de insistir contra toda evidencia en imponer el proyecto.
“Esta locura irresponsable ya causó cinco muertos. Es tiempo de reencontrar la razón y retirarlo”, advirtió.
Por su parte, Darmanin prometió que el Estado francés recuperará el control total en Nueva Caledonia, hacia donde fueron enviados un millar de policías y gendarmes de refuerzo.
Según el especialista en la colectividad del Pacífico Benoit Trépied, el ministro del Interior carece de credibilidad ante los independentistas, por lo que el ejecutivo necesita otros actores para paliar la crisis.
Lo que piden a gritos desde el terreno es una misión mediadora, estimó Trépied en la cadena Franceinfo, en la cual opinó que “el Estado francés se dispara una bala en el pie” con su manejo de los acontecimientos.
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