De acuerdo con el coordinador del Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenad eso), Jorge Guzmán, la muestra está en los primeros anuncios de políticas públicas hechos por el futuro mandatario José Raúl Mulino.
Recordemos que Mulino triunfó en las urnas, respaldado por apenas el 34,2 por ciento del electorado, pero exponente de una administración corrupta que la gente identifica con su mentor, el expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014), condenado a más de 10 años de cárcel por lavado de dinero y ahora asilado en la embajada de Nicaragua en esta capital, señaló.
El nuevo Ejecutivo, vaticinó, está comprometido con la empresa privada, las trasnacionales, los negocios con fondos del Estado, pero también con la amenaza y persecución de quien lo adverse, en este caso los movimientos populares llamados nuevamente a manifestarse en las calles ante los mismos atropellos.
“Se nos avecina un país inmerso en la corrupción, porque en ella se sostiene el actual modelo”, remarcó Guzmán en un vídeo que circula en las redes sociales.
Para el activista social, otra advertencia clara fue la designación del nuevo ministro de Seguridad, Frank Ábrego, quien fuera el primer director del Servicio Nacional de Fronteras del 2008 al 2016 y el adelanto de medidas migratorias como el cierre de la frontera con Colombia en la selva de Darién y la deportación a sus países de origen de los viajeros ilegales.
Sobre el también graduado como oficial de infantería de la Escuela Militar General Francisco Morazán (Honduras), dijo que será pieza clave para poner freno a los indicios de sublevación contra los intereses gringos en la región, de una nueva política migratoria represiva y de responsabilizar a países soberanos que se oponen a los dictámenes de Washington, como Venezuela, Nicaragua o Cuba.
Guzmán opinó que el nuevo Ejecutivo intenta soslayar la verdadera causa del auge de la migración irregular, y es su vínculo con el narcotráfico, con el crimen organizado.
Tras el pretexto de la lucha contra la migración irregular, agregó, se esconde la idea de convertir a Panamá – por su posición geográfica y postura entreguista de partidos tradicionales llámese ahora Realizando Metas (RM, las siglas de Ricardo Martinelli, aclaró), Panameñista, Cambio Democrático o Partido Revolucionario Democrático- en una rampa para perpetrar agresiones militares contra naciones de nuestra región.
Otra expresión de una visión alejada del clamor popular, dijo, expresado en manifestaciones que paralizaron al país a finales de 2023 para demandar el fin de la minería metálica, es el proyecto de restablecer un contrato con Minera Panamá, ya declarado inconstitucional, y luego cerrarla, lo que evidencia la defensa de los intereses de la canadiense First Quantum, que roba los recursos naturales y daña el medio ambiente.
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