Según las evidencias de las indagaciones presentadas en el congreso médico Digestive Disease Week 2024, celebrado en la capital estadounidense, los medicamentos inyectables denominados agonistas del GLP-1 están muy solicitados porque demostraron ser muy eficaces para perder peso; sin embargo, en algunas personas, también pueden provocar episodios de vómitos entre desagradables y graves, que pueden requerir atención especializada.
Además, ralentizan tanto el estómago que las pruebas médicas revelaron una afección denominada gastroparesia.
“La mayoría de las veces, según los médicos, la gastroparesia mejora tras dejar de tomar el medicamento; pero muchos afirman que su afección no mejoró ni siquiera meses después de dejar el fármaco, con consecuencias que alteran su vida”, detallaron los expertos.
Revelaron, además, que en comparación con personas similares que no tomaban medicamentos GLP-1, las que sí los tomaban tenían un riesgo aproximadamente un 50 por ciento mayor de que se les diagnosticara la enfermedad.
Por otro lado, investigadores de los Hospitales Universitarios de Cleveland revisaron millones de historias clínicas de 80 organizaciones sanitarias que atienden adultos obesos, con un índice de masa corporal superior a 30, y detectaron que la diabetes por sí misma también puede aumentar el riesgo de gastroparesia, sobre todo si la glucemia de una persona no ha estado bien controlada durante un largo periodo de tiempo.
«Aunque estos fármacos funcionan y deben usarse por las razones adecuadas, advertimos que las personas deben estar preparadas para un 30 por ciento de probabilidades de sufrir efectos secundarios gastrointestinales y, en ese caso, es posible que haya que suspenderlos», señaló Prateek Sharma, profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kansas.
Señaló que en casi todos los estudios sobre el tema presentados en la conferencia, los pacientes mostraron todos los efectos secundarios o síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos y gastroparesia) y fueron significativamente mayores en los que tomaban GLP-1 que en los controles.
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