En declaraciones formuladas esta mañana en una entrevista concedida al programa televisivo Mattino Cinque, del Canal 5 de la cadena Mediaset, la mandataria italiana manifestó el pesar de su gobierno por el fallecimiento de Raisi, y señaló que “veo en estas horas que las autoridades iraníes acreditan la tesis del accidente”.
“No hay lecturas de conspiración”, apuntó la primera ministra, y agregó que, tras confirmarse el deceso del presidente, “actualmente no veo cambios importantes en la estructura interna en Irán”.
Por su parte el ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani, aseveró a medios informativos que “no hay señales de que pudo haber sido un ataque” y reafirmó que, según las investigaciones preliminares “ha sido una desgracia debido al mal tiempo, tal vez debido a una avería”.
En tal sentido, consideró que “no debería haber grandes sobresaltos” y apuntó que “me gustaría asegurarles a todos que no habrá consecuencias negativas en el extranjero”.
Luego de horas de intensas labores de búsqueda y en medio de condiciones climáticas adversas se confirmó este lunes el fallecimiento del mandatario iraní, así como del canciller, Hossein Amir Abdollahian; del gobernador de Azerbaiyán Oriental, Malek Rahmati y del imam de la oración del viernes de Tabriz, Mohammad Ali Ale-Hashem.
El líder iraní llegó el domingo último al aeropuerto de Tabriz para participar en la ceremonia de inauguración de la presa conjunta Qiz Qalasi en el río Aras, fronterizo entre Irán y Azerbaiyán, en presencia del presidente de ese vecino país, Ilham Aliyev.
Raisi fue electo en 2021 presidente de Irán, tras obtener unos 18 millones de votos, y las próximas elecciones estaban previstas para 2025.
La Constitución establece en su artículo 131 que, si el presidente muere estando en el cargo, el primer vicepresidente asume el mandato, previa confirmación del Líder Supremo.
Tras la muerte de Raisi, un consejo integrado por el primer vicepresidente de la República, el titular del Parlamento y el jefe del Poder Judicial dispondrá la elección de un nuevo presidente en un plazo máximo de 50 días.
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