El fiscal jefe de la CPI, Karim Khan, también pidió ayer incluir al titular de Defensa israelí, Yoav Gallant, y a tres dirigentes de Hamas: el jefe del buró político Ismail Haniyeh; su máxima figura en Gaza, Yahya Sinwar, y el comandante del brazo armado del grupo, Mohammed Deif.
La solicitud de Khan indica el rápido declive de Israel hacia un abismo moral, estimó en X la ong Paz Ahora, fundada por exmilitares.
“La emisión de estas órdenes no se trata de antisemitismo o equivalencias morales, se trata de una falla de liderazgo. Eso es lo que el gobierno israelí debe abordar. Eso es lo que el pueblo de Israel debe abordar. Es necesario poner fin a esta guerra”, afirmó.
Asimismo, la organización alertó que es imposible ignorar las graves acusaciones de la CPI, que incluyen hambre y daño deliberado a civiles.
La actual guerra debería haber terminado hace mucho tiempo y debemos esforzarnos por lograr un acuerdo basado en una solución de dos Estados, subrayó.
Esta será la única manera de recuperar a nuestros rehenes, crear una alternativa a Hamas y garantizar la seguridad y un futuro mejor para israelíes y palestinos, advirtió.
En similares términos se expresó el Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados (Btselem).
La existencia continua de un sistema de supremacía, violencia y la opresión implica inevitablemente la comisión de crímenes y graves violaciones de los derechos humanos, señaló.
Btselem alertó que “la violencia israelí dirigida contra los palestinos para perpetuar la ocupación y el apartheid es violencia estatal sistemática”.
Instamos a la comunidad internacional a actuar con urgencia para alcanzar un alto el fuego y un acuerdo para liberar a todos los secuestrados, evitar un mayor derramamiento de sangre y poner fin a la catástrofe humanitaria, expresó.
El anuncio del fiscal jefe fue rechazado tanto por las autoridades israelíes, que lo llamaron “un libelo de sangre” como por Hamas, que acusó a la CPI de equiparar “al agresor con la víctima”.
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