El regreso del español Rafael Nadal a su feudo de la tierra batida en la Porte d’Auteuil, donde se ha coronado 14 veces, añade expectativas al segundo torneo élite de la temporada, aunque las lesiones y los problemas físicos que arrastra el mallorquín de casi 38 años hacen pensar más en la cercanía de su retiro que en un renacer.
Nadal tendrá mañana el peor de los debuts esperados, frente al alemán Alexander Zverev (cuarto del ranking mundial de la ATP), quien si llega en forma, tras ganar hace una semana en el Masters 1000 de Roma
Tampoco su eterno rival, el campeón defensor en la meca de la arcilla Novak Djokovic (37), líder con 24 Grand Slam conquistados, se encuentra en un buen momento, y se presenta en el Roland Garros sin lograr corona alguna en lo que va de año.
Las dificultades del italiano Jannik Sinner y del español Carlos Alcaraz, segundo y tercero, respectivamente, en el escalafón universal encabezado por el serbio Djokovic, permiten calificar al certamen parisino como el más parejo de las últimas dos décadas.
Otra es la situación entre las damas, con dos nombres a seguir, la primera del ranking mundial Swiatek, campeona en tres de los últimos cuatro Roland Garros, con la etiqueta de amplia favorita, y la atleta de Belarús Aryna Sabalenka, segunda clasificada, con la consideración de su principal obstáculo.
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