La mayor fuerza política del país sudamericano manifestó en un comunicado que el único fin “es imponer de forma criminal diversas medidas coercitivas en contra de Estados soberanos”.
El PSUV calificó de insuficiente el hecho de reconocer que Cuba coopera plenamente con los esfuerzos antiterroristas ideados por Washington y exigió “el cese inmediato de toda manipulación política”, así como a “poner fin a la arbitraria e injusta inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo”.
Afirmó que más bien la isla es víctima en los últimos 65 años del terrorismo de Estado que ha sido empleado como mecanismo de destrucción de la Revolución cubana.
La llamada tolda roja expresó que mantener esta decisión, constituye una violación flagrante al Derecho Internacional, a la Carta de las Naciones Unidas y a los principios de soberanía y autodeterminación.
Subrayó que la “permanencia injusta e injustificada de Cuba en esta lista unilateral” refuerza el andamiaje de restricciones que forman parte del bloqueo económico, financiero y comercial del Gobierno de Estados Unidos contra el pueblo cubano.
También denunció el marcado efecto extraterritorial en la persecución de las operaciones financieras de la mayor de las Antillas.
Reiteró el texto su más profundo rechazo a la política hostil estadounidense y expresó “su absoluto respaldo al heroico pueblo y Gobierno de Cuba”, ante las viles acusaciones realizadas por parte de la Casa Blanca.
El Partido Socialista Unido exhortó a la comunidad internacional a exigir el retiro inmediato de La Habana de esta unilateral lista, “para conseguir el cese de la imposición criminal del bloqueo económico, comercial y financiero que menoscaba la integridad, estabilidad, soberanía y paz del hermano pueblo cubano”.
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