Lo más decepcionante de los últimos dos meses, durante el debate en torno a la Ley de Transparencia de la Influencia Extranjera, fue que ni un solo gobierno, ni ONG con financiación del exterior se comprometió voluntariamente a ser transparente ante el pueblo de Georgia, dijo en rueda de prensa.
Según él, en realidad las protestas revelaron sólo el deseo de tener el privilegio de gastar los ingresos extranjeros a escondidas del pueblo. La oposición radical antepone los intereses de otros países a los del pueblo georgiano, afirmó.
Por eso vimos chantajes, amenazas, menciones del Maidan y discursos de ministros de otros países en una protesta antigubernamental.
El presidente del parlamento expresó su confianza en que con el tiempo la desinformación se disipará, las emociones disminuirán, el sistema político mejorará y el nivel de radicalismo disminuirá.
Afirmó que el objetivo principal de la ley es fortalecer el sistema político, económico y social de Georgia frente a la interferencia externa. Nos pintaron un escenario apocalíptico sólo porque la ley prevé una simple obligación para las organizaciones, si sus ingresos desde el extranjero superan el 20 por ciento, agregó.
Para Papuashvili, el principal problema es que las fundaciones europeas y estadounidenses financian a quienes participan en el terrorismo, la violencia y las amenazas en Georgia. Eso es lamentable, ya que, para el pueblo de Georgia, los fondos europeos y estadounidenses están asociados con el terror y las amenazas, dijo.
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