jueves 26 de septiembre de 2024
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Ofensiva desbordada en campeonato cubano de béisbol

La Habana, 3 jun (Prensa Latina) El campeonato cubano de béisbol (Serie Nacional) está hoy en la recta final de su calendario clasificatorio y una vez más la ofensiva se roba el protagonismo ante la escasez de lanzadores de calidad.

Por Boris Luis Cabrera

La emigración y contratación de atletas en ligas foráneas se suman a la poca experiencia que traen los sustitutos y novatos de categorías menores donde los torneos son breves o dejan de realizarse por problemas económicos, en un deporte que necesita grandes inversiones para desarrollarse.

Un promedio colectivo de bateo de .299 entre 16 equipos es demasiado alto para cualquier liga y puede resultar engañoso a la hora de seleccionar peloteros que representen al país en eventos internacionales.

Los serpentineros están indefensos con una velocidad media de unas 85 millas por hora en su recta y un marcado descontrol al punto de conceder 4 mil 203 bases por bolas y propinar 777 pelotazos en 8 mil 292 entradas.

La poca ayuda de la defensa también influye en la labor de los monticulistas, quienes ante la cantidad de pifias pierden la concentración, descienden en su rendimiento y se agotan más fácilmente al alargar su estancia en la lomita.

En 491 partidos jugados hasta el momento en esta temporada se han cometido mil 265 errores al campo de los que van a los libros de anotaciones, para .966 de average general, el más bajo que se recuerde en muchos años.

Ante estas deficiencias los bateadores, sobre todos los más experimentados, «pescan en río revuelto» y calientan sus maderos con más facilidad para crear un desbalance que en muchas ocasiones les restan brillo a los desafíos.

Seis equipos promedian por encima de la marca de .300 y dos de ellos, Pinar del Río y Granma, lo hacen para .332, algo insólito que no se verá en ninguna otra liga del mundo.

El béisbol cubano no está en crisis como piensan algunos aficionados cuando se detienen a analizar estos números y prueba de ello está en la cantidad de peloteros que se desempeñan con éxito en otras latitudes, incluido en el béisbol profesional estadounidense.

La ruptura del acuerdo por la administración del presidente Donald Trump entre las Grandes Ligas y la Federación Cubana tiene un peso muy grande en el descenso de calidad del campeonato beisbolero antillano y en el quiebre de su pirámide deportiva.

Cientos de atletas, cada vez más jóvenes, emigran para probarse en el mejor béisbol del mundo y en busca de mejoras económicas sin que la entidad deportiva cubana reciba un centavo por sus contrataciones, además de perder todo lo invertido en el atleta desde el primer día que entró a un terreno.

Todo esto genera un círculo vicioso donde la grave situación económica que atraviesa el país provoca que los peloteros reciban bajos salarios, no puedan organizarse largos campeonatos en categorías infantiles y juveniles, tengan poco acceso a las nuevas tecnologías y jueguen con carencias que limitan su desarrollo.

La solución de contratar atletas en otras ligas de menor rango bajo el auspicio de la Federación Cubana es beneficiosa para tratar de solventar estas dificultades, pero no es suficiente.

El campeonato cubano de béisbol seguirá andando con sus problemas a cuestas porque es el deporte nacional y en Cuba salen los jugadores con buenas herramientas debajo de las piedras para beneplácito de los que aman este deporte.

Las esperanzas de lograr un entendimiento con la Mayor League Baseball (MLB) que sea provechoso para ambas partes están latentes, pero persisten obstáculos que impiden su concreción.

oda/jcm/blc

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