En una visita a la norteña región de Áncash, el titular dijo que el organismo a su cargo no interviene en el caso, a cargo de la Inspectoría de la Policía Nacional, a la que pertenecen los dos agentes sorprendidos en un auto estacionado ante la casa de la fiscal Dina Boluarte.
Añadió que, paralelamente, el tema es investigado por la Fiscalía, mientras el Gobierno niega responsabilidad en el incidente, lo que aseveran también el primer ministro, Gustavo Adrianzén, y los mandos policiales.
Adrianzén declaró el jueves último que “Queremos garantizar absolutamente que en este gobierno no hay ningún procedimiento de reglaje (espionaje) contra alguna autoridad judicial, ni a ninguna persona, lo cual es un un delito”, dijo.
Remarcó que “nosotros no cometemos delitos ni mucho menos los encubrimos, iremos hasta el final con la investigación y determinaremos responsables”.
Por su parte, el ex ministro del Interior Rubén Vargas cuestionó la imparcailidad de la Inspectoría de la PNP y dijo que lo válido es la indagación de la Fiscalía a los policías sorprendidos ante la casa de Barreto.
Agregó que los agentes detenidos, Joel Vilchez y Alejandro Díaz, no espiaban a la fiscal, pues esa tarea se hace ocultamente, sino que fueron enviados a amedrentarla con su presencia, y que detrás de ello estaba la presidenta Dina Boluarte, cuyo gobierno intenta bloquear judicialmente las investigaciones que la afectan.
Otro ex titular del Interior, Mariano González, por el contrario, afirma que la rsponsable del llamado reglaje es la presidenta, a la que también acusa de haber desactivado al grupo policial de élite que, bajo el mando de Barreto, la investigaba por presunto cohecho (soborno) y otros cargos.
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