“Implacable, esa es la palabra”, así reaccionó la otrora estelar jugadora belga Justine Henin, cuatro veces ganadora del Grand Slam de París, igualada en el podio de máximas vencedoras aquí en la Era Abierta (a partir de 1968) por la varsoviana de 23 años, detrás de dos leyendas, la estadounidense Chris Evert (siete) y de la alemana Steffi Graf (seis).
Para la actual consultora de France Télévisions, resulta difícil imaginar que Swiatek se detendrá con la victoria conseguida esta tarde de manera arrolladora en la cancha Philippe Chatrier, donde en poco más de una hora dejó con el subtítulo a la sorpresiva finalista italiana Jasmine Paolini, 6-2 y 6-1.
Irá más lejos, tiene los medios para ello, solo debe mantener los deseos, dijo Henin sobre la número uno del ranking mundial y campeona del Garros por tercer año consecutivo, hazaña solo conseguida antes en el polvo de ladrillo de la Ciudad de la Luz por la yugoslava Monica Seles (1990-1992) y la propia Henin (2005-2007).
Con los siete triunfos en el segundo Grand Slam de la temporada tenística, la polaca llegó a 19 sonrisas en fila este año sobre la arcilla, en la que se impuso antes en los Masters de Madrid y de Roma, algo que no se lograba desde 2013, cuando brilló la fabulosa Serena Williams.
Swiatek celebró el éxito con saltos, abrazos a sus colaboradores y familiares y una foto señalando cuatro dedos, los títulos que acumula en el Roland Garros, a los que se suma el conseguido en el Grand Slam Abierto de Estados Unidos en 2022.
Es increíble estar aquí, cada año espero el momento de venir, este es un torneo que me importa mucho, afirmó emocionada sosteniendo la Copa Suzanne-Lenglen, recibida de manos de las leyendas Evert y Martina Navratilova.
Claro que Iga vendrá por más, ya lo adelantó sonriente: “nos vemos el año próximo”.
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