El partido nacionalista Agrupación Nacional (RN) rondó ayer un 32 por ciento de los votos en los comicios para elegir a los eurodiputados franceses, más del doble del apoyo logrado en las urnas por el oficialista Renacimiento, lo que condujo al presidente Emmanuel Macron a disolver la Asamblea Nacional y convocar a las legislativas el 30 de junio.
Respaldada por unos y criticada por otros, incluso dentro de su campo, la medida de Macron representa un paso de alto riesgo, con varios escenarios posibles, desde un resarcimiento del bloque gobernante hasta una victoria aún mayor de la extrema derecha. El mandatario expresó este lunes que confía en la capacidad del pueblo francés de tomar la decisión más justa para sí mismo y para las generaciones futuras.
Mi única ambición es la de ser útil al país que amo tanto, escribió en las redes sociales, un mensaje que ya le ha funcionado antes: el de apelar a un frente republicano que frene a la extrema derecha.
Macron venció fácil en el balotaje de las elecciones presidenciales del 2017 a la líder de RN, Marine Le Pen, y cinco años después repitió la dosis, aunque ganó con menos holgura, gracias al discurso del peligro del nacionalismo y de su visión antieuropea.
También el secretario general de Renacimiento y canciller de la República, Stéphane Séjourné, presentó la disolución de la Asamblea como un gesto de confianza ante un panorama que consideró necesario esclarecer.
El llamado del presidente es sincero, en un momento en el que casi el 40 por ciento del electorado escogió una lista de extrema derecha, aseveró ante el hecho de que al 32 por ciento de apoyo a RN se sumó el cinco logrado por Reconquista, un partido ultraderechista aún más radical.
Contenta con los resultados de ayer, la líder de RN declaró que están listos para gobernar y pidió a los franceses apoyar un proyecto “al servicio de una sola causa: Francia”.
En su misión convencimiento, el vicepresidente de la organización, Sébastien Chenu, afirmó que representan la esperanza de recuperar un país sumido en problemas por los que responsabilizó al gobierno, como “la catástrofe presupuestaria”, con una enorme deuda pública, la inseguridad y la pérdida del poder adquisitivo.
El actual ejecutivo no puede darnos lecciones por el historial pésimo que deja, expuso al comparecer en la cadena BFM TV.
La otra propuesta ante los resultados de las europeas llega desde la izquierda, que denuncia un panorama desolador, atrapado entre las malas políticas oficialistas y la agenda de la extrema derecha.
Bajo ese argumento, el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, abogó por un frente popular que aglutine a todas las fuerzas de izquierda (socialistas, insumisos, comunistas y ecologistas) para aportar una alternativa de poder que calificó de una necesidad “urgente, fuerte y clara”.
También el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, reclamó un frente popular contra la extrema derecha en las elecciones legislativas del 30 de junio, que tendrán la segunda vuelta una semana después.
“La extrema derecha ya no está a las puertas del poder, ya puso un pie en las mismas”, advirtió.
Desde las filas comunistas, su secretario nacional, Fabien Roussel, defendió el mismo frente, al que definió como una propuesta social y ecológica, con candidatos únicos por cada circunscripción en los cercanos comicios.
La izquierda ya compitió única y con buenos resultados en las legislativas del 2022, en las que solo fue superada en diputados por el oficialismo, pero la entonces creada Nueva Unión Popular, Ecologista y Social (Nupes) se disolvió en medio de contradicciones y diferencias entre sus integrantes.
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