Las inteligencias ucraniana y occidental amplían la red de posibles perpetradores reclutados para cometer crímenes de gran escala en Rusia, y ayudan a equipar a organizaciones terroristas internacionales con vistas a preparar estos atentados, aseveró el directivo en una reunión del Comité Nacional Antiterrorista.
Según explicó Bortnikov a la prensa, el ejemplo más claro de ello fue la de los servicios especiales ucranianos en el ataque terrorista contra la sala de conciertos Crocus City Hall, cerca de Moscú.
La investigación considera que todos ellos conocían el atentado terrorista planeado y ayudaron a los atacantes. El Comité de Investigación de Rusia declaró haber probado que los perpetradores estaban vinculados a nacionalistas ucranianos.
La noche del 22 de marzo, cuatro terroristas atacaron la sala de conciertos Crocus City Hall en Krasnogorsk, ubicada en la región de Moscú.
Como resultado murieron 144 personas y 551 fueron heridas. Fueron detenidos los cuatro autores del atentado, Dalerdzhón Mirzóyev, Saidakram Rachabalizodá, Shamsidín Fariduní y Mujammadsobir Faízov, en la región de Briansk cuando se dirigían a la frontera ucraniana.
Posteriormente quedaron bajo arresto y puestos en custodia seis presuntos cómplices de los atacantes: los hermanos Aminchón y Dilovar Islómov y su padre, Isroil Islómov, así como Alisher Kasímov, Lutfullói Nazrimada y Yakubdzhoni Yusufzoda.
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