El organismo confirmó varios encuentros de la coordinadora especial para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, con interlocutores libaneses para advertir sobre el contexto.
La representante pidió a las partes que actúen con la máxima moderación y se abstengan de cualquier acción o declaración que pueda exacerbar aún más las tensiones, dijo en conferencia de prensa el portavoz adjunto del secretario general (António Guterres), Farhan Haq.
Al mismo tiempo, insistió la urgencia de garantizar la protección de los civiles.
“Desde octubre, hemos visto demasiadas vidas perdidas, familias desarraigadas y barrios destruidos.
El peligro de una conflagración más amplia es muy real”, dijo el vocero durante una sesión informativa.
La ONU confirmó además que sus fuerzas de paz en el Líbano permanecen en el terreno, con actividades operativas encomendadas y trabajando en todos los niveles para reducir las tensiones.
Desde el 7 de octubre, la Línea Azul que separa a Líbano e Israel es también escenario de confrontación lo que ha provocado el desplazamiento de las poblaciones a ambos lados de la misma.
La frontera custodiada por cascos azules de la ONU fue establecida por el organismo el 7 de junio de 2000 para determinar si Israel se había retirado del Líbano.
Desde entonces la frontera extraoficial divide al Líbano e Israel de mientras que la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas exige el cese total de las hostilidades, y la salida de los efectivos israelíes y libaneses de ambos lados.
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