Los objetos,que serán mostrados en una exposición, seguirán siendo propiedad del Museo de Arqueología y Antropología de Cambridge y permanecerán en Uganda tres años en un período de prueba previo a su devolución.
La presentación aquí es parte de un programa de restitución de piezas patrimoniales a sus legítimos propietarios, reveló Mark Elliot, curador de la muestra.
Es una colaboración museo a museo, resultado de años de conversaciones sobre la posibilidad de devolver objetos muy poderosos y excepcionalmente sensibles para comunidades que eran sus propietarias, añadió el experto.
El paquete es una pequeña fracción de las más de mil 500 piezas que están en el museo de Cambridge hace más de un siglo, la mayoría donaciones de colecciones privadas y otras entregadas por misioneros anglicanos, que predicaron en Uganda entre fines del siglo XIX y principios del XX.
La exportación de objetos de valor histórico es un casus belli de las antiguas colonias africanas, asiáticas y del Levante con las antiguas metrópolis que las exhiben en sus museos y rehúsan devolverlas a sus legítimos propietarios.
Entre los casos más sonados está el de la puerta de Ishtar, en Babilonia, hoy Iraq, transportada en piezas hacia Alemania donde se expone hoy en el Museo de Pérgamo.
El colmo del latrocinio de los robos de objetos históricos ocurrió tras la invasión de Iraq por Estados Unidos a fines del pasado siglo, cuando militares de ese país saquearon los museos de Bagdad y sustrajeron y exportaron piezas de valor incalculable que aún hoy rehúsan devolver.
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