Esta semana, el Consejo de Seguridad de la ONU dio luz verde a una propuesta presentada por Estados Unidos que pretende el fin total de la guerra en tres fases.
La resolución, aprobada por 14 votos favorables y la abstención de Rusia, espera establecer negociaciones en concordancia con el plan anunciado por el presidente estadounidense, Joe Biden.
El texto urge a las partes a pactar «sin demora y sin condiciones» una tregua inicial de seis semanas, aunque como en ocasiones anteriores, carece de cualquier condena a Israel a pesar de que su ofensiva en Gaza cobró la vida de más de 37 mil palestinos.
Además, reconoce la importancia de los esfuerzos diplomáticos en curso de Egipto, Qatar y los Estados Unidos encaminados a llegar a un acuerdo amplio de cesación del fuego.
Sin embargo, hasta la fecha, las negociaciones no concretan los términos anunciados e Israel insiste en la liberación de los rehenes y la destrucción de Hamás como sus objetivos para frenar las hostilidades.
Mientras tanto, las agencias humanitarias desde el terreno confirman condiciones terribles de los desplazados en el enclave para acceder a servicios básicos como agua, alimentación o salud.
Varias familias consultadas por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios en las últimas semanas aseguraron que los refugios en la zona Deir al Balah están superpoblados y carecen de infraestructura sanitaria.
La distribución de alimentos es irregular mientras que aumentan los riesgos de una variedad de problemas de salud, como hepatitis A, enfermedades de la piel y enfermedades respiratorias, advirtió OCHA el viernes.
De acuerdo con el organismo, la reciente intensificación de las operaciones militares resulta en pérdidas adicionales de activos clave de agua y saneamiento, incluidos cinco pozos de producción del vital lìquido en Jabalya, en el norte, así como dos pozos y dos plantas desalinizadoras en Rafah, en el sur.
En los últimos ocho meses, más de dos tercios de las instalaciones e infraestructuras de agua y saneamiento en Gaza han sido destruidas o dañadas por el Ejèrcito israelì, según actores humanitarios.
Mientras tanto, el secretario general de la ONU, António Guterres, reclamó una salida política para el conflicto en Gaza como única forma de avanzar hacia una paz sostenida.
El titular del organismo reforzó desde la Cumbre celebrada en Jordania su llamamiento al diálogo entre Israel y Hamás pocas horas después de que el Consejo de Seguridad aprobaba la resolución.
Guterres acogió con satisfacción el proyecto anunciado antes por Joe Biden y pidió aprovechar esa oportunidad para concretar un acuerdo y respetar el derecho internacional humanitario.
En opiniòn del máximo responsable del organismo, la velocidad y la escala de la matanza y los asesinatos en Gaza superan cualquier otro evento durante sus años al frente del organismo.
“A pesar del océano de necesidades, al menos a la mitad de todas las misiones de ayuda humanitaria se les niega el acceso, se les impide o se cancelan por razones operativas o de seguridad”, agregó.
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