Esos puntos porcentuales, que en el caso de los ciudadanos comunes es del 38,7 por ciento, limita al citado sector de edad más avanzada al acceso al seguro de salud, a una pensión de la Caja Costarricense de Seguro Social y a una póliza de riesgos de trabajo, explicó esa institución de estudios demográficos.
Ello equivale a decir –precisa el INEC- que, de cada 100 adultos mayores ocupados, 60,6 por ciento laboran sin garantías sociales, por lo que entre ellos los índices de pobreza son más elevados que en otros grupos poblacionales.
Muchas personas -según la entidad gubernamental- llegan a esa edad sin todas las condiciones de vida resueltas y ello las empuja a buscar otras fuentes de ingreso, lo cual evidencia que el sistema laboral del país es incapaz de absorberlas en el mercado formal.
Las autoridades detectaron en julio de 2022 que carecían de seguro –cita el INEC como aspecto negativo- unas 24 mil personas entre 60 y 64 años, edad próxima a la jubilación (el ocho por ciento del total de la población).
Por otro lado, la llamada Encuesta Continua de Empleo determinó que, en abril último, uno de cada cinco ticos tenía más de 45 años, lo cual, de acuerdo con expertos, presiona a esos ciudadanos a buscar la informalidad durante sus últimos años de vida profesional y terminan empujados a la pobreza.
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