En realidad la búsqueda de votos comenzó desde el mismo domingo 9 de junio, cuando el presidente Emmanuel Macron anunció la disolución de la Asamblea Nacional y la nueva convocatoria a las urnas, en respuesta al amplio triunfo en las europeas de ese día del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN).
La víspera cerró el período de inscripción de las candidaturas en las 577 circunscripciones en liza, en un contexto social tenso, ante la posibilidad de que la extrema derecha llegue al poder mediante una cohabitación, la cual pasa por el alcance de la mayoría absoluta en la Asamblea (289 de 577 diputados), que le permitiría a los nacionalistas reclamar el puesto de primer ministro.
Según las encuestas, RN marcha en punta de las intenciones de voto con un tercio de ellas, las que pudiera aumentar si se consolida un polémico pacto con el partido conservador Los Republicanos, seguido por el bloque de la izquierda Frente Popular (25-28 por ciento) y más alejado el oficialismo (19-20).
El sábado tuvieron lugar por toda Francia multitudinarias movilizaciones contra la extrema derecha, un sector liderado por Marine Le Pen y con Jordan Bardella como aspirante a primer ministro.
La privatización de los medios públicos, la mano dura ante la inmigración, la eliminación de la reforma del desempleo, el refuerzo de la seguridad ciudadana y el distanciamiento en algunos aspectos de la Unión Europea, destacan entre las promesas nacionalistas, con un grado de aceptación diverso en una población inquieta por la pérdida de poder adquisitivo.
Ya los principales bloques en liza presentaron sus programas de gobierno, el oficialismo con Renacimiento a la cabeza ofreció a los electores mejorar la economía y rectificar errores, mientras el Frente Popular adelantó que si logra la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, derogará la reforma de la jubilación.
La izquierda también prometió establecer la edad de retiro en 60 años (64 en la actualidad), luchar sin cuartel contra el racismo y el antisemitismo y aumentar el salario mínimo a mil 600 euros netos.
Durante la campaña para los comicios legislativos del 30 de junio, que tendrán la segunda ronda el 7 de julio, la vigilancia será estricta por la paridad en el tiempo de palabra entre las fuerzas políticas en la carrera por dominar la cámara baja en Francia.
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