El ministro de Irrigación y Tierras Bajas, Abraham Belay, explicó que, según las estadísticas, la capacidad del país para optimizar el riego sigue en gran medida sin explotar y menos del 10 por ciento de la tierra cultivable se beneficia actualmente de dichos sistemas.
Belay precisó que como parte de los esfuerzos del gobierno por liberar a Addis Abeba de la dependencia de la ayuda, son reforzadas numerosas actividades para el desarrollo de esa actividad más allá de la temporada de lluvias.
Por ejemplo, continuó, tras los programas de reforma de gran alcance en curso se prestó la debida atención al cultivo de trigo de regadío de verano, un proyecto que convirtió a Etiopía de importador a productor y exportador autosuficiente de ese grano.
Como parte del desarrollo de los recursos naturales potenciales, también mencionó iniciativas de riego en zonas bajas para beneficio de la sociedad y que son fundamentales para revolucionar el paisaje agrícola del país.
No sólo para el sector es una prioridad, sino para el país en general ante la necesidad de desbloquear la productividad de las tierras bajas porque contribuiría significativamente a la seguridad alimentaria nacional y la resiliencia económica, añadió.
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