De acuerdo con el más reciente comunicado del Servicio Nacional de Migración (SNM), en su mayoría los viajeros provienen de Venezuela, Ecuador y Colombia, en ese orden, aunque también hay haitianos, indios, entre otras nacionalidades.
También precisan las estadísticas que de los migrantes que han ingresado por la selva de Darién sobresalen como regiones América del Sur, con 152 mil 399; Asia(18 mil 517); Antillas(10 mil 864 de Antillas; África (cinco mil 142), y 47 de otras latitudes.
Solo en lo que va de este mes de junio han arribado por el inhóspito territorio 16 mil 955 caminantes, de ellos tres mil 400 menores de edad.
De mantenerse esa tendencia, el SNM y representantes de organismo internacionales como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia estiman que al cierre de este año esa cifra podría llegar a los 800 mil migrantes irregulares,
En 2023 cruzaron la jungla, a pesar de los peligros naturales que ponen en riesgo la vida y el acoso de grupos criminales, más de 520 mil viajeros ilegales, un 20 por ciento infantes.
En el istmo, en estaciones de recepción, los migrantes reciben atenciones como alojamiento, alimentación, salud, registro biométrico y son transportados hasta Costa Rica para seguir su camino, servicios que le han costado al Estado más de 70 millones de dólares, según el SNM.
Sobre este tema, el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, adelantó que al asumir el 1 de julio próximo cerraría la frontera natural con Colombia de más de 260 kilómetros, e iniciaría operaciones de deportación de los migrantes a sus países de origen, con respeto a los derechos humanos.
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