La reunión se centrará en el trabajo de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas (Unama) en Afganistán, cuyo labor resulta vital en el intercambio con los talibanes.
Roza Otunbayeva, representante especial del secretario general para Afganistán, informará del contexto durante los últimos tres meses luego de que el Consejo aprobara la extensión del mandato de la Unama hasta 2025.
En mayo de este año, la Misión expresó su preocupación por la falta de cambios en la situación de los derechos humanos en Afganistán, uno de los temas centrales en los debates con el gobierno de facto.
El Consejo consideró vital la labor de la Unama y otros organismos, fondos y programas de las Naciones Unidas para apoyar a la población afgana.
«La presencia de la Misión es indispensable a medida que la comunidad internacional trata de profundizar el compromiso y fomentar la confianza con los talibanes», reconoció el entonces presidente del Consejo y embajador de Japón ante la ONU, Yamazaki Kazuyuki.
La extensión de su labor envía un fuerte mensaje al pueblo del Afganistán de que las Naciones Unidas, respaldadas por el Consejo, seguirán trabajando incansablemente por ellos, agregó.
El intercambio con los talibanes representa un fuerte reto para la ONU, que no reconoce su legitimidad tras tres años en el poder mientras que las autoridades de facto insisten en integrar el organismo.
A la par, las entidades humanitarias con presencia en el país coinciden en la necesidad de reforzar la ayuda a los civiles, impactados por niveles de pobreza en aumento y el azote de fenómenos naturales extremos.
Cuestiones como el acceso de las mujeres a la educación, la lucha contra el tráfico de drogas y el respeto a los derechos humanos han centrado los intercambios de ambas partes.
La ONU estima las necesidad humanitarias para este año para los afganos en tres mil 60 millones de dólares.
Su respuesta humanitaria tiene objetivo llegar a 17,3 millones de personas de los 23,7 millones que necesitan asistencia vital, más de la mitad de la población total.
El país continúa tambaleándose debido a décadas de guerra, y lidiando con crisis inducidas por el clima, desastres naturales recurrentes, pobreza arraigada y barreras a la participación de las mujeres en la vida pública.
Las prioridades clave del organismo incluyen ayuda alimentaria, agua potable, atención médica, educación así como abordar las necesidades agudas de agua, saneamiento e higiene.
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