El hallazgo, publicado en la revista Med, señala que SMIM1 fue identificado hace 10 años mientras se buscaba el gen que codifica un grupo sanguíneo específico, conocido como Vel; y puntualiza que los individuos sin ambas copias tienen otras medidas relacionadas con la obesidad, incluidos altos niveles de grasa en la sangre.
“Nuestros hallazgos resaltan la necesidad de investigar la causa genética de la obesidad, para seleccionar el tratamiento más adecuado y eficaz, pero también para reducir el estigma social asociado a ella”, dijo el autor principal de la investigación, Mattia Frontini.
Para hacer el descubrimiento, el equipo analizó la genética de casi 500 mil participantes en la cohorte del Biobanco del Reino Unido e identificaron a 104 personas con la variante que conduce a la pérdida de función en el gen SMIM1, 46 mujeres y 44 hombres.
Además, estudiaron los efectos en cuatro cohortes adicionales de personas con la variante del gen SMIM1 y descubrieron que tener la variante tenía un impacto en el peso, lo que equivale a un promedio de 4,6 kilogramos adicionales en las mujeres y 2,4 en los hombres.
Datos internacionales reflejan que las tasas de obesidad casi se han triplicado en los últimos 50 años, y para 2030, más de mil millones de personas en todo el mundo tendrán esa condición.
La obesidad se debe a un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de energía; así como a una interacción compleja de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida.
“En una pequeña minoría de personas, la obesidad es causada por variantes genéticas y cuando este es el caso, a veces se pueden encontrar nuevos tratamientos. Nuestros hallazgos resaltan la necesidad de investigar la causa genética de la enfermedad”, concluyó Frontini.
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