Según los científicos de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), la superluna ocurre cuando la òrbita del satélite alcanza el punto más próximo a la Tierra, conocido como perigeo, con un tamaño un 10 por ciento más grande del habitual y con casi un 30 por ciento más de brillo.
En esta ocasión debe su nombre al folclore nativo estadounidense, que la llama así porque la corta temporada de cosecha de fresas se produce durante el mes de junio.
En realidad, explicaron los expertos, el color de la Luna será el mismo de siempre, quizás se pueda apreciar un poco más rojiza o anaranjada, causada por la dispersión de la luz a través de la atmósfera terrestre, un fenómeno provocado por su ubicación durante el solsticio de verano.
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