A fines de abril la Armada argentina inauguró el Puesto de Vigilancia y Control de Tránsito Marítimo Hito 1 que se adentró más de tres metros en la Región de Magallanes y la Antártica chilena para colocar allí sus paneles solares.
El enclave está ubicado al norte de la isla de Tierra de Fuego, la cual se encuentra dividida territorialmente entre los dos países, y es un sitio importante porque allí se encuentra la boca oriental del Estrecho de Magallanes.
El pasado lunes, durante una visita a Francia, el presidente chileno, Gabriel Boric, exigió a su vecino desmantelar a la mayor brevedad las estructuras levantadas en su territorio.
Previamente, el embajador del país trasandino en Santiago, Jorge Faurie, había declarado que la instalación del puesto fue un “error material” de una empresa al guiarse por un alambrado en la zona en lugar de utilizar las coordenadas satelitales que demarcan los límites.
Faurie señaló la imposibilidad de desinstalar la construcción al menos hasta el verano austral, lo cual provocó el rechazo de diversos representantes de la clase política.
“Las fronteras no es algo con lo que se pueda tener ambigüedades. Es un principio básico del respeto entre los países”, dijo Boric.
Tras una comunicación de la ministra de Defensa, Maya Fernández, con su par argentino, Luis Petri, éste decidió enviar a la zona en disputa a 11 militares y cinco trabajadores de las empresas Total Energy y Auster que retiraron las estructuras el pasado jueves.
La base está construida en la salida este del Estrecho de Magallanes, el cual -según el Tratado de Límites de 1881 y ratificado en el de paz de 1984- establece con claridad y sin ambigüedades que pertenece a Chile y está bajo su control, recordó Fernández.
Sin embargo en el año 2021 Argentina emitió el decreto 457 que habla del control conjunto de ese estrecho, lo cual provocó una nota de protesta de Chile y, aunque el país trasandino se comprometió a corregir ese documento, en la práctica no se ha hecho.
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