En la Plaza Bolívar, Rodríguez, el canciller Iván Gil y Jorge Arreaza, secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), valoró el significado de la cita de cuatro días en el que el tambor se convirtió en el lenguaje de la resistencia.
La vicemandataria y demás autoridades recibieron, en el día de la Espiritualidad de Caracas, y en nombre del presidente Nicolás Maduro, a las agrupaciones de las naciones miembros del ALBA-TCP, de otros países de la región como Colombia, Honduras, Barbados y Trinidad y Tobago, además de África.
“Desde Venezuela llamamos con ese mismo tambor, con ese repique fuerte, a que suene alto por la libertad, la independencia de nuestros países, por la felicidad de nuestros pueblos”, señaló.
Rodríguez convocó a que suene el tambor por Suramérica, por nuestro Caribe, por África y todos los pueblos del Sur, para llevar el mensaje de amistad, de unidad, por la construcción de un mundo nuevo, respetuoso del multilateralismo, de la Carta de la ONU y rechace las agresiones imperiales.
La colonización pretendió imponer todo, un Dios, un santo para dominar, pero “nuestros pueblos afro indígenas y originarios, tomaron a esos santos y los liberaron, y por eso vemos a San Juan a San Pedro”, expresó Arreaza, y ponderó la fecha del evento al coincidir con la celebración del primero de esos santos.
Comentó que “13 países hermanos” participan con sus tambores en el encuentro hasta mañana, los cuales son utilizados no como símbolos, sino como arma de resistencia.
El secretario ejecutivo del mecanismo latinoamericano y caribeño de integración auguró que “esperamos poder realizar todos los años en esta Caracas virtuosa”, el festival.
Arreaza expresó el jueves en la inauguración que el ALBA-TCP es creación heroica y matriz de los comandantes Hugo Chávez 81954-2013) y Fidel Castro (1926-2016).
Resaltó que esta la hicieron como el tambor porque la Alianza “nos llama a la unión, a sabernos y a entendernos en la unidad, a cuidarnos, a entre ayudarnos para caminar juntos de la mano, de las almas”.
El diplomático subrayó que cada golpe de tambor no solo nos recuerda que compartimos un mismo origen, sino que «nos reclama y exige entender que somos un mismo pueblo».
Mucho podemos avanzar en la integración comercial, económica, política y social “pero si no integramos nuestras esencias, herencias e identidades, esa integración formal e institucional será efímera como una hoja en el tiempo», afirmó.
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