En una carta dirigida a los electores, que publicaron los medios regionales, el mandatario justificó su decisión del 9 de junio de disolver la Asamblea Nacional y convocar a los comicios, en respuesta a la amplia victoria lograda ese día por el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) en las europeas.
A su juicio, ante el revés del gobierno en las urnas y los obstáculos opositores en la Asamblea, el único camino era el que tomó, alegando que con el mismo busca la unidad del país y su avance.
Se trata por lo tanto de unas elecciones de confianza para definir qué fuerza debe gobernar en Francia, subrayó.
De acuerdo con Macron, ante los votantes aspiran a dominar la Asamblea Nacional tres campos: la extrema derecha con RN, la izquierda con su Frente Popular (al que no mencionó) y el oficialismo liderado por Renacimiento.
Al respecto, opinó que la propuesta del gobierno es “la mejor para el país”, con el argumento de que protege a los franceses y los prepara para el futuro.
Es la única que puede enfrentar a los extremos, de derecha y de izquierda, alegó.
La oposición acusa al jefe de Estado de ejecutar políticas que condujeron a la crisis imperante, con factores como la pérdida de poder adquisitivo, la inseguridad, la inmigración incontrolada, el enorme déficit público y el deterioro de los servicios públicos.
Macron escribió en su carta que la izquierda pretende solucionar los problemas aumentando los impuestos y atribuyó al bloque integrado por socialistas, insumisos, ecologistas y comunistas falta de claridad en la lucha contra el antisemitismo y a favor de la laicidad.
Respecto a RN, esgrimió que no propone nada concreto para enfrentar la inseguridad y la inmigración ilegal y la acusó de dividir a la nación y de ignorar el cambio climático.
La misiva del mandatario a los franceses se enmarca en un panorama sombrío para el oficialismo, que en todas las encuestas marcha bien rezagado, con un 20 por ciento de apoyo, lejos del 33-35 de la extrema derecha y del 27-29 del Frente Popular.
Si un bloque de oposición gana la mayoría absoluta, obligaría a Macron a la cohabitación política, nombrando a un primer ministro del campo vencedor.
Ante ese eventual escenario, el presidente de la República descartó renunciar y prometió trabajar hasta el fin de su mandato, en 2027.
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