Kirill igualmente enfatizó en la necesidad de hacer todo lo posible para prevenir los intentos de radicalizar la vida religiosa en Rusia y reprimir cualquier manifestación de extremismo y hostilidad interétnica, según reza un comunicado del alto clérigo publicado en el sitio oficial de la Iglesia ortodoxa.
En este sentido, el patriarca destacó que los perpetradores de los crímenes buscaban sembrar las semillas del odio y la discordia entre representantes de diferentes nacionalidades, culturas y religiones.
Al menos 19 personas murieron y unas 25 resultaron heridas como resultado de ataques terroristas en las ciudades de Derbent y Majachkalá, en la región rusa de Daguestán.
Entre las víctimas mortales figuran varios agentes del orden, así como un sacerdote de la Iglesia ortodoxa rusa.
Los extremistas que atacaron Daguestán prendieron fuego a dos iglesias ortodoxas, una sinagoga y un puesto de la Policía de Tránsito.
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