La administración del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva «expresa su apoyo y solidaridad al presidente Luis Arce y al Gobierno y pueblo bolivianos», indica una nota oficial.
En ese contexto, agrega, «estará en interlocución permanente con las autoridades legítimas bolivianas y con los Gobiernos de los demás países de América del Sur, en el sentido de rechazar esa grave violación del orden constitucional en Bolivia”.
Además, el Gobierno reafirma «su compromiso con la plena vigencia de la democracia en la región. Estos hechos son incompatibles con los compromisos de Bolivia ante el Mercosur (Mercado Común del Sur), bajo la égida del Protocolo de Ushuaia», refiere el contenido.
Durante un contacto con la prensa, Lula manifestó que alienta para que la democracia prevalezca en Bolivia, escenario de una asonada, que, según el líder progresista, nunca funcionó.
El gobernante convocó al ministro de Relaciones Exteriores Mauro Vieira y al asesor especial de la Presidencia Celso Amorim a una reunión para tratar la situación en la vecina nación sudamericana.
Según Lula, resulta necesario estar seguro de la realidad en Bolivia antes de anunciar algo «que no sucede».
«Quiero la información… para asegurarnos, para tener una posición. Pero como soy un amante de la democracia, quiero que la democracia prevalezca en América Latina, golpe nunca funcionó», recalcó.
Medios periodísticos aseguran que, con el juramento de nuevos mandos militares por parte del presidente de Bolivia, Luis Arce, la intentona golpista fue neutralizada.
Arce nombró como nuevo comandante general del Ejército al general de división José Wilson, quien en su primera intervención pública ordenó el retorno a los cuarteles de todos los militares.
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