“Instamos a la solidaridad internacional a condenar estos hechos. Lamentablemente, Bolivia tiene un historial reciente de golpes de Estado. Sabemos cómo se han utilizado los recursos estatales para volverlos contra el propio pueblo», recalcó la diplomática.
Ramos explicó que en el día de ayer hubo un «preludio» de la acción golpista dirigido por el comandante Juan José Zúñiga, quien en la víspera fue relevado de su cargo como excomandante del Ejército.
«La lealtad de las Fuerzas Armadas no está con el pueblo. Ellos no están defendiendo la democracia, están aprovechando un momento en que Bolivia tiene algunas dificultades», aseveró.
En referencia a la «triste historia golpista» de la nación sudamericana, la embajadora no considera los hechos actuales como espontáneos, ante lo cual añadió que posiblemente las tropas militares estén obedeciendo órdenes porque «no son autónomas».
«Están defendiendo algunos intereses que van en contra del propio pueblo. Esto no es una movilización espontánea», recalcó.
Asimismo, Ramos acotó que Bolivia actualmente juega un rol importante en la región por el desarrollo de sus recursos naturales, así como, por su participación en organismos que buscan la consolidación de un orden mundial multipolar, ante lo cual alertó que este puede ser un plan orquestado para desacreditar el país y su Gobierno.
La embajadora teme y desconfía de lo que puedan hacer las Fuerza Armadas, a las que califica como una institución que no se ha caracterizado por «defender a Bolivia».
En este contexto, espera que el presidente Luis Arce reciba el apoyo necesario del pueblo y el Gabinete para manejar la situación.
Previamente la Cancillería de la nación andina hizo un llamado a la comunidad internacional y a la población boliviana, a hacer respetar los valores democráticos y respaldar al Gobierno del actual jefe de Estado, constitucional y legítima mente elegido por la voluntad soberana del pueblo.
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