Uno de los residentes en la Bajada de Chanduy, zona donde se emplazará la penitenciaría, Donald Cabrera, aseveró que su comunidad está siendo invadida.
Somos defensores del territorio y la naturaleza, el Gobierno le miente al país porque ese terreno no es propiedad del Estado, manifestó Cabrera en declaraciones a la prensa.
Hace una semana el presidente Noboa oficializó el inicio de las obras constructivas de la nueva mega cárcel.
Durante una ceremonia, a unos cinco kilómetros del punto donde se levantará el centro de detención, el mandatario enfatizó que “la Cárcel del Encuentro” es un hito en la lucha contra el terrorismo y las mafias que controlaban y tenían secuestrado el sistema penitenciario.
“Esta cárcel hará que cualquiera que busque delinquir se lo piensen dos veces”, señaló el gobernante.
La nueva instalación, que costará 52 millones de dólares, contará con cinco pabellones, cuatro patios y tres cercos de seguridad, distribuidos en una extensión de 12,2 hectáreas de construcción.
Paralelo a la ceremonia inaugural en Santa Elena, comuneros de la zona protestaron portando pancartas al grito de “No queremos cárcel”.
En particular temen por el tráfico y el despojo de sus tierras y alertaron que la propiedad de ese territorio es intransferible e inembargable.
En las comunidades preocupa que el proyecto sea la punta de lanza para la proliferación de asentamientos irregulares.
Ecuador atraviesa por un conflicto armado interno, declarado por Noboa el pasado mes de enero, mientras las cárceles permanecen bajo el control de las Fuerzas Armadas en medio de falta de alimentación a los reos y denuncias de violaciones de derechos.
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