En varias intervenciones públicas, Kallas prometió que de ninguna forma abandonaría su cargo hasta concluir los cuatro años de mandato, ante crecientes rumores de que podría aceptar un trabajo en la jefatura de la UE, destacó el diario Postimees.
La jefa de Gobierno llegó a afirmar en su momento que estaba dispuesta a realizar un trabajo duro, para sacar fruto de sus decisiones poco populares en el plano socio-económico, mientras rechazaba versiones de su posible traslado a Bruselas, sede de la entidad comunitaria.
El rotativo señala que con esa actitud, la primera ministra estonia engaña a su pueblo, como mismo lo hizo, considera, cuando hace poco introdujo el tema de un alza de impuestos que nunca figuró en su campaña electoral.
Por el momento, existe consenso en la UE para nombrar a la jefa de Gobierno estonia como la nueva encargada de la diplomacia europea, en sustitución del español Josep Borrell, aunque hay criterios encontrados sobre su candidatura entre algunos miembros de ese ente comunitario.
Kallas mantiene una posición abiertamente contraria a Rusia, cuyo presidente Vladimir Putin ordenó el 24 de febrero de 2022 una operación bélica para proteger a la población de la región hullera del Donbás, cuya población denunció ocho años de genocidio de Kiev.
De hecho, Tallin llegó a ofrecer sus tropas para ser enviadas a Ucrania, a tenor con un llamado en ese sentido hecho en su momento por el presidente francés, Emmanuel Macron, de enviar militares occidentales a la citada república exsoviética para impedir una victoria de Moscú.
El pasado día 18, el primer ministro polaco, Donald Tusk, aseguró que ya estaban determinados algunos nombres de cargos de la jefatura de la UE como el Kallas, la alemana Ursula Von der Leyen o el del exprimer ministro portugués Antonio Costa.
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