De acuerdo con una reciente actualización del índice de Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria (IPC), más de la mitad de los sudaneses enfrentan la fase tres o una superior de ese indicador, de un máximo de cinco.
Las estadísticas aseguran que 25,6 millones de personas padecerán condiciones de crisis o desde ahora hasta septiembre de 2024, en coincidencia con la etapa de escasez de alimentos.
El reporte estimó además que 755 mil personas se encuentran en condiciones catastróficas, o la fase cinco de la clasificación, en 10 estados del país africano, incluidos los cinco estados del Gran Darfur, así como Kordofán del Norte y del Sur, Nilo Azul, Al Jazirah y Jartum.
Otros 8,5 millones de personas, ahora sufren niveles de emergencia de inseguridad alimentaria, o la fase cuatro de la escala utilizada por naciones Unidas.
El organismo confirmó que esta es la primera ocasión en que se confirman condiciones catastróficas, o fase 5, en Sudán desde el establecimiento del índice IPC en 2004.
Según la ONU, los niños son los más afectados por el rápido deterioro de la seguridad alimentaria, mientras la situación continúa en deterioro tras 14 meses de guerra entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido.
El riesgo de hambruna amenaza a los residentes, a las personas desarraigadas por la guerra y a los refugiados en no menos de 14 zonas que abarcan el Gran Darfur, el Gran Kordofán, los estados de Al Jazirah y zonas críticas de Jartum, advirtió la publicación.
“Si el conflicto se intensifica aún más, incluso mediante una mayor movilización de milicias locales, perturbará la movilidad, la asistencia humanitaria, el mercado y las actividades de sustento”, añadió.
El reporte insistió en la necesidad urgente de un alto el fuego junto a renovados esfuerzos internacionales para apoyar al país.
Asimismo recalcó en un acceso humanitario sostenido y sin obstáculos, para permitir que la respuesta humanitaria se amplíe aún más y que las agencias puedan actuar a la velocidad necesaria.
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