El texto analiza la carga de morbilidad y mortalidad en las Américas de 2000 a 2019, centrándose en las ENT, como las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, el cáncer y la diabetes; los trastornos mentales y por consumo de sustancias y las afecciones neurológicas, así como las lesiones no intencionales e intencionales.
Datos aportados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) muestran que la población de la región también creció de 829 millones a mil 10 millones, en tanto se incrementó en cinco puntos porcentuales la cifra de personas de 40 a 64 años y en tres por ciento la de mayores de 65 años.
Los expertos alertan que este cambio demográfico podría representar un reto para los sistemas de salud no preparados, e instan a los países a alistarse para una creciente incidencia de las ENT a medida que la población viva más tiempo.
Según el informe, el crecimiento y el rápido envejecimiento de la población en la región contribuyeron a un aumento del 31por ciento en el número total de muertes en las últimas dos décadas, un incremento porcentual mayor que en cualquier otra región de la Organización Mundial de la Salud.
La principal causa fueron las ENT, con una tasa de mortalidad de 412 decesos por cada 100 mil habitantes en 2019 para mujeres y hombres combinados.
El porcentaje de muertes por ENT y causas externas aumentó del 87 al 90 por ciento, siendo el incremento más significativo en los decesos por trastornos mentales y por consumo de sustancias y afecciones neurológicas (179 puntos porcentuales).
El documento también señala que, a pesar del ascenso en el número absoluto de fallecidos, la tasa de mortalidad por ENT y lesiones disminuyó en un 17,2 y un ocho por ciento, respectivamente, lo que contribuyó a un alza en la esperanza de vida y también en el número de personas que viven con ENT en la región.
Destaca, además, las persistentes disparidades, por ejemplo, la tasa de mortalidad por ENT en el Caribe Latino es aproximadamente 1,5 veces mayor que en la subregión Andina.
Por otro lado, en toda la región los hombres experimentaron tasas consistentemente más altas de muerte y discapacidad que las mujeres debido a una mayor carga de enfermedades cardiovasculares y cánceres, así como a altas tasas de violencia interpersonal.
Sin embargo, las mujeres tenían una probabilidad significativamente mayor de sufrir violencia de pareja.
En cuanto a la salud mental, los hombres tenían más probabilidades de sufrir trastornos por consumo de alcohol y drogas, mientras que las mujeres padecían tasas más altas de trastornos de ansiedad y depresión.
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