La contribución beneficiará a unas 50 mil personas, entre ellas dos mil 900 mujeres embarazadas y más de 44 mil 600 personas en situación de vulnerabilidad de las provincias centrales de Villa Clara y Cienfuegos, indicó en el embajador de esta nación asiática en Cuba, Zoljargal Seseer, durante la entrega oficial del donativo.
Para ello el WFP adquirió 400 toneladas métricas ™ de arroz, 107 tm de aceite de aceite de cocina y 250 tm de granos, informó el embajador.
Seseer resaltó los estrechos e históricos vínculos de solidaridad entre ambos pueblos, establecidos desde 1960 cuándo Cuba se convirtió en el primer país del continente americano en establecer relaciones diplomáticas con Mongolia y que se han fortalecido en los últimos años.
“La calidad de un amigo se conoce en tiempos difíciles, reza un proverbio, destacó el embajador y añadió “esta ayuda humanitaria es una expresión de los sentimientos afectuosos del pueblo mongol dedicados al pueblo cubano, que atraviesa momentos sociales y económicos complejos”.
Además marca un hito histórico, ya que es una de las primeras veces que esta nación asiática dona fondos a la organización aquí, reafirmando su solidaridad internacional y su compromiso con el hambre cero, informó la oficina del WFP en Cuba.
“Esta donación forma parte del trabajo del PMA para contribuir a la recuperación socioeconómica del país”, manifestó el representante de WFP en la isla, Etienne Labande.
Labande ratificó el compromiso del WFP con el apoyo a las autoridades nacionales para promover el consumo de alimentos nutritivos en grupos vulnerables.
Por su parte, la directora general de Cooperación del Ministerio de Comercio Exterior, Alba Rosa Alarcón, expresó el agradecimiento a nombre del pueblo y gobierno de Cuba por la contribución.
Realzó el esfuerzo de esta nación asiática en favor de la alimentación en Cuba e indicó que ya se han realizado las entregas del primer ciclo del módulo.
Señaló que en la compleja situación, agravada por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a Cuba y el impacto de la pandemia de la Covid-19, este gesto de hermandad constituye un hecho sin precedentes, que enriquece los valores que cimentan las relaciones bilaterales.
Los alimentos se distribuirán a través de las bodegas locales, como parte de la canasta familiar normada.
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