La estadía de Mulino se da a escasas 72 horas de su toma de posesión como jefe de Estado para el mandato 2024-2029 y tras el anuncio hecho en campaña de que cerraría el vasto territorio limítrofe con Colombia e iniciaría la deportación de los caminantes a sus países de origen.
Según el nuevo mandatario esta visita tiene el objetivo de conocer de primera mano la situación de esos flujos y de los viajeros ilegales que no maneja a plenitud.
Al mediodía de este viernes se espera que un grupo considerable de migrantes llegue a Lajas Blancas desde donde serán trasladados hacia Chiriquí, en la la frontera con Costa Rica para seguir su camino.
La crisis migratoria es uno de los grandes retos que enfrenta Mulino, debido a que este tránsito no solo se ha convertido en una vía de escape para los migrantes sino también para delincuentes de alto perfil que buscan evadir la justicia.
De acuerdo con un reciente comunicado del Servicio Nacional de Migración (SNM), en la Operación Flujo Controlado se registró en lo que va de año el paso por esa jungla de 195 mil 817 personas.
Las estadísticas precisa que de acuerdo a la región, han ingresado por Darién 159 mil 263 extranjeros nacidos en América del Sur, 19 mil 631 originarios de Asia, 11 mil 369 de Antillas, cinco mil 508 de África y 46 de otras regiones.
Sólo en junio llegaron 25 mil 803 personas, de ellas 20 mil 491 son adultos y cinco mil 312 son menores de edad.
De mantenerse esa tendencia, el SNM y representantes del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia estiman que al cierre de este año esa cifra podría llegar a los 800 mil migrantes irregulares.
El año pasado cruzaron la jungla, a pesar de los peligros naturales que ponen en riesgo la vida y el acoso de grupos criminales más de 520 mil viajeros, un 20 por ciento infantes.
Este tema centrará conversaciones de Mulino con el enviado especial de su par estadounidense Joe Biden a la toma de posesión el lunes, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
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