Moscú protestó enérgicamente ante la embajada nipona en Rusia por los planes de celebrar maniobras militares conjuntas con Alemania y España en la isla de Hokkaido, cerca de las fronteras rusas, del 19 al 25 de julio.
Se subrayó que la política irresponsable del gobierno del primer ministro Fumio Kishida sitúa a Tokio en la senda de una peligrosa escalada de la tensión en el noreste de Asia y en el conjunto de la región Asia-Pacífico, agrega el comunicado.
Igualmente se advirtió de las contramedidas adecuadas para reforzar las capacidades de defensa y proteger la soberanía de la Federación de Rusia, agregó el departamento diplomático.
A la parte japonesa se le comunicó «la inadmisibilidad categórica de la actividad militar provocativa cerca de las fronteras del Lejano Oriente de nuestro país, llevado a cabo, incluso en cooperación con los Estados miembros de una organización extra regional como la Organización el Tratado del Atlántico Norte, se lee en la nota.
Finalmente, la cancillería rusa dejó claro que Moscú considera dicha actividad como una amenaza potencial para la seguridad de la Federación de Rusia.
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